Todos hemos sentido alguna vez ese deseo de mirar lo prohibido, de quedarnos viendo aquello que se supone que no deberíamos ver. Desde pequeños, la exposición al sexo en las películas, series o incluso revistas, a través de inofensivos desnudos, ha marcado un hito para muchos de nosotros. Lo prohibido era fascinante, y el tabú sobre este tipo de temas siempre ha pesado muchísimo en la educación, al menos hasta estas nuevas generaciones. Y es que muchas veces, nuestros padres nos tapaban la cara o nos sacaban de la habitación cuando había una escena caliente en la película o serie en cuestión. Éramos demasiado chicos para ver aquello, y sin embargo, formaba parte de la propia vida. En lugar de verlo como algo natural, se tendía a prohibir todo lo que tuviera que ver con el sexo, incluyendo cualquier desnudo, fuera o no morboso. Y eso, obviamente, provocaba el efecto contrario al deseado: más ganas de ver qué sucedía en esas escenas. En las dos últimas décadas, ese ansia de vouyerismo ha encontrado una fuente de maná absolutamente insaciable gracias al porno online.
Si antes teníamos que acudir al kiosko a por la revista de turno, o alquilar, no sin cierta vergüenza, una película en el videoclub, ahora lo tenemos todo a un click. Rápido, eficiente, y sobre todo, cien por cien anónimo. Nuestro yo de doce años se regocija disfrutando de todo el porno del mundo, y las nuevas generaciones comienzan ya a ver estas escenas, mucho más explícitas, a edades incluso más tempranas. Esto ha traído mucho más dinero a la industria del cine para adultos, lo que se ha traducido en más cantidad, pero también más calidad en el contenido. Produccionescon más presupuesto, filmadas como si fuera cine comercial, en grandes mansiones y con muchos medios. Y al final, ¿qué es lo que escoge el espectador ante tantísima variedad? Lo que siempre nos ha excitado más, lo que más morbo provoca: el porno casero. El saber que esa pareja que estamos viendo ante la cámara podrían ser nuestros vecinos, o nuestros amigos… o incluso nosotros mismos.
La evolución de la industria
Todas las industrias pasan por diferentes fases y etapas, en las que deben adaptarse a realidades complejas para seguir sobreviviendo. El porno no ha sido una excepción, y de hecho, ha demostrado ser uno de los mejores ejemplos a la hora de seguir evolucionando con el paso del tiempo y la llegada de nuevas tecnologías. Cierto es que Internet, que ha marcado el gran punto de inflexión para nuestra sociedad en este siglo XXI, ha traído muchas ventajas al mundo del porno.
Mayor accesibilidad para los usuarios, mayor cantidad de suscripciones… Pero también retos como luchar contra el porno gratis, que hoy en día se encuentra en muchísimas páginas y plataformas. El porno ha entendido que para seguir en pie debe innovar, y eso es justo lo que está haciendo, en cada oportunidad que tiene. A veces, sin embargo, basta con volver a lo sencillo, a la cámara puesta en la habitación, para captar la verdadera esencia morbosa que los espectadores esperan.
Internet como herramienta de trabajo
Para muchos de nosotros, Internet ya se ha convertido en una herramienta indispensable en nuestro laburo. De hecho, muchos puestos de trabajo ya se llevan a cabo de forma remota, a través de la red, en plataformas online que unen a diversos trabajadores de una misma empresa. La pandemia del Covid ha aumentado la presencia de ese trabajo en remoto, ahora que sí estamos preparados para dar ese salto a la “vida online”. Una herramienta tan poderosa nos permite llegar adónde queramos sin salir de nuestra habitación. Incluso si nuestro objetivo es triunfar en la industria del porno y ganar mucho dinero con vídeos y fotos caseras. Podría pensarse que, tal y como está Internet, los servicios de pago ya no dan tanto rédito. Pero si el contenido es de calidad y sabemos llegar a nuestros clientes, podremos ganar muchísimo.
La realidad es que Internet nos ha permitido avanzar muchísimo en las relaciones directas con los clientes. Aquellos que jamás se habían planteado dedicarse al porno, por tener que hacerlo a través de una productora y demás, hoy encuentran una alternativa más que interesante en la red. Páginas como Onlyfans han vuelto a poner patas arriba el tablero de la industria pornográfica, demostrando además que el usuario puede pagar, y mucho, si se le sabe vender el contenido. Lo mismo ocurre en las plataformas de vídeos eróticos, donde cualquier usuario puede subir sus propias escenas, y competir de tú a tú con productoras millonarias. El poder recae, al final, en el espectador. Sus gustos, sus preferencias, hacen que el mercado se mueva. Y desde luego, el porno casero está siempre entre los favoritos de los usuarios.
Ingresos directos y grandes ganancias
Dar el paso para crear un canal de porno online, o siquiera algunas publicaciones eróticas y sensuales, no es sencillo. El tabú del que hablábamos al principio del texto sigue existiendo, y aunque las cosas están cambiando y la mente social se está liberando cada vez más en lo sexual, todavía queda mucho camino. Exponerse de esa manera puede ser algo perjudicial de cara a la sociedad. Sin embargo, cada vez son más los jóvenes que graban escenas explícitas o eróticas por su cuenta, solos o en pareja. Siguiendo con la tradición de la industria, la mayoría son chicas que están buscando generar unos ingresos extra, o directamente, vivir de ello. Ya no necesitas pasar por el filtro de las productoras. Todo ha cambiado, y ahora es mucho más fácil llegar a una audiencia amplia.
Porque tampoco necesitas tener a millones de espectadores detrás, solo a los adecuados, que son los que van a pagar por tu contenido. El control que estas chicas tienen sobre el contenido que suben es total, así como con los beneficios que se llevan, ya que no hay intermediarios. Las páginas donde pueden colocar este contenido sí que suelen llevarse una parte de esos ingresos, pero aun así, lo que queda para las creadoras es mucho más de lo que ganarían con una productora cualquiera. ¿Cómo destacarse en un negocio cada vez más competitivo? A través de las redes sociales, de tener muchísima presencia en estos canales donde puedes llegar a clientes potenciales. Muchas de las modelos eróticas que hoy triunfan con el porno casero comenzaron en Instagram, o incluso tienen canales de Youtube y Twitch, que no son pornográficos, pero las dan a conocer ante una audiencia mucho mayor.
El futuro del porno casero
Al hablar de porno casero muchos estarán pensando en esas escenas mal rodadas, con poca luz y con solo una toma de cámara, en una habitación cualquiera. Todavía existe ese tipo de porno y desde luego que tiene éxito entre los espectadores. Sin embargo, hoy en día cualquiera puede rodar una buena escena de calidad con sus propios medios.
El abaratamiento de las cámaras profesionales, de los focos y micros, ha permitido que con una pequeña inversión uno pueda tener en casa todo el equipo necesario para rodar. Lo importante es que se siga notando que es algo casero, casi amateur. Que no hay tanta producción ni preparación detrás, sino más bien algo genuino, auténtico, con esencia. No es que el porno casero tenga futuro, es que seguramente sea la categoría más importante dentro de la industria en unos años.